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Residencias, la importancia de cardioprotegerlas

Las residencias, como nos ha demostrado la COVID-19, son espacios donde una rápida actuación puede salvar la vida de sus usuarios... por ello, disponer de un desfibrilador y convertirlas en espacios cardioprotegidos es más importante que nunca. 

En algunas Comunidades Autónomas la instalación es obligatoria en residencias geriátricas en función del número de plazas, pues disponer de un desfibrilador ayuda a agilizar la asistencia si algún usuario sufre una parada cardíaca hasta la llegada de los servicios de emergencias.

La muerte súbita es uno de los principales motivos de fallecimiento en España. Si actuamos en los tres primeros minutos podemos revertir la situación de parada cardio respiratoria y aumentar las posibilidades de supervivencia en cerca de un 75%, es muy importante tener una formación en SVB y uso del DESA y disponer de desfibriladores de uso público ya que le puede ocurrir a cualquier persona, en cualquier momento y especialmente a población adulta.

El desfibrilador semiautomático (DESA) es un equipo de fácil uso que analiza el ritmo cardíaco de la persona y proporciona una descarga controlada en caso de fibrilación ventricular. Los desfibriladores están diseñados para que cualquier persona pueda emplearlos, ya que indican los pasos a seguir en cada momento.

¿Por qué se recomienda su instalación?

Junto con las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), el desfibrilador es un eslabón más de la Cadena de Supervivencia (los 4 pasos a seguir para atender una parada cardíaca).

Maniobras de reanimación cardiopulmonar